Cuando se habla de realizarse las pruebas de paternidad se está hablando de realizarse unas pruebas muy delicadas. Y se está hablando de realizarse unas pruebas muy delicadas no por la complejidad o doloroso de las mismas que para nada es así, sino por la idiosincrasia misma del origen que lleva a una persona a realizarse esas pruebas y las consecuencias de los resultados de las mismas.
No hay que olvidar que detrás de las dudas de una paternidad normalmente hay niños menores de edad, sentimientos, infidelidades y siempre sin duda situaciones humanas complejas de difícil gestión, y tener que llegar a realizarse este tipo de pruebas nunca es agradable para nadie.
Pero que no resulte agradable no significa que no sea útil ni necesario, y en muchas ocasiones es la única forma para solucionar situaciones en las que te quieren involucrar y es la solución para deshacer entuertos sobre una determinada paternidad o falta de ella, que de otra forma, sería imposible de deshacer, con el notable perjuicio y consecuencias que ello podría acarrear.
Dicho esto cabe hablar entonces de realizar estas pruebas en lugares especialmente dedicados a tal efecto y que se realice con toda seguridad, ya no sólo eso que también, sino también para que tenga plena validez y seguridad jurídica, y siempre con el fin de que los resultados sean fidedignos y terminen de una vez por todas con los conflictos que de nuestra presunta paternidad se puedan desprender.
Decir cabe que un buen centro donde realizar las pruebas de paternidad en la actualidad ofrecen unos resultados fidedignos como nunca antes en la historia, siendo todos ellos prácticamente infalibles tanto en confirmación como en exclusión de paternidades, y que todos ellos deben sustentarse en una adecuada recolección de las muestras que se han sometido a examen, evitando siempre que las mismas se hayan podido corromper.