Tener deudas o una situación económica complicada es, desgraciadamente, una situación demasiado habitual en los últimos tiempos. Una situación en la que las personas afectadas se encuentran muchas veces con casi todas las puertas cerradas. Evidentemente, lo primero que se hace cuando se necesita liquidez es acudir a entidades financieras que prestan dinero.
Bancos y cajas suelen ser la opción que se valora en primer lugar, sin embargo, aunque todo parece que comienza a relajarse, lo cierto es que en los últimos años conseguir un préstamo era tarea casi imposible. Las condiciones de las entidades bancarias eran tales que hacían muy difícil alcanzar los mínimos para que el banco concediera el crédito.
Parte de la situación se ha salvado gracias a otro tipo de entidades financieras privadas especializadas en la reunificación de deudas y concesión de préstamos en condiciones que los bancos difícilmente aceptaban.
Entidades, además, que pueden prestar desde cantidades pequeñas hasta otras significativamente más importantes, alcanzando incluso los 300.000 euros. No solo por las cantidades, también por las facilidades que ofrecen, este tipo de empresas se han convertido en auténticos salvavidas para muchas personas.
En la mayoría de las ocasiones no exigen nómina fija o pensión. El aval de un inmueble en propiedad es casi siempre condición suficiente para poder obtener uno de estos préstamos. Préstamos, además, que a diferencia de lo que ocurre con los bancos, se pueden obtener de una manera muy rápida y con muchos menos trámites.
Otro de los atractivos es que, aunque los intereses son más altos (evidentemente el riesgo es mayor), también se ofrecen plazos de devolución cómodos para que la solución de una deuda no genere agobios aún mayores.
En definitiva, las posibilidades de conseguir hoy en día un préstamo son mayores que hace unos años gracias a las empresas especializadas en la concesión de créditos.