La realidad aumentada es una nueva tendencia tecnológica que ha ido asentándose poco a poco a lo largo de estos años. Esta tecnología permite el entorno real con una realidad virtual, enlazándola mediante el posicionamiento GPS o bien mediante el reconocimiento de patrones tales como imágenes, con independencia de la complejidad de estas.
Esta tecnología combinatoria nos permite visualizar objetos tridimensionales que realmente no están ahí, pero que representan un objeto o información que podemos consultar relativa al entorno donde nos encontramos. Como se puede apreciar, esta tecnología puede resultar muy útil en múltiples entornos, y especialmente dentro del entorno de los GIS.
La realidad aumentada, a diferencia de la realidad virtual, tiene un componente espacial real, es decir, lo que ocurre dentro de esta realidad sucede en el mundo real. Es por esto que esta tecnología está tan asociada al mundo de los sistemas de información geográfica, ya que podemos proveer a las aplicaciones de realidad aumentada de infinidad de datos georeferenciados. Un ejemplo de ello fueron las «fallidas» Google Glass, capaces de mostrarnos en sus gafas, información vinculada a lo que estamos visualizando, reconociendo el lugar en el que nos encontramos dadas nuestra latitud y longitud, y mostrándonos en esas gafas toda la información relevante de nuestro entorno.
Google acertó en su momento con el concepto de realidad aumentada, aunque sinceramente creo que no funcionó debido a que no era el momento adecuado para su lanzamiento, y el hecho de la privacidad de las personas influyó mucho en el NO arranque de esta tecnología en su día, ya que la sensación de estar en un sitio público y que cualquiera pueda grabarte solo con dirigir su mirada hacia tí era algo con lo que la gente podía lidiar. No es lo mismo unas gafas, que no un dispositivo móvil, donde sí se puede percibir fácilmente si alguien te está apuntando.
Existen muchas aplicaciones en el ámbito de los SIG, como la representación de elementos naturales y hidrológicos mediante esta tecnología, ya que podemos manipular su visualización interactuando con estos modelos tridimensionales. Simulando por ejemplo la formación de un volcán o proyectar modelos altitudinales sobre mapas topográficos.
Dentro del ámbito más dirigido a la calle, podemos representar elementos en sus coordenadas de latitud, longitud y altura, mostrando o bien modelados avanzados en 3 dimensiones, o bien información relativa a un punto de interés (POI, por sus siglas en inglés). De este modo, podemos ver a través del móvil, enfocando a una calle, la distancia y posición hasta un objeto determinado, y una vez llegamos al sitio, poder hacer click en ese objeto que se encuentra en nuestra cámara de fotos del móvil, y poder interactuar con él (si así está diseñado), obteniendo información o bien modificando atributos espaciales del mismo (abrir una puerta si es un coche, por ejemplo).
Los atributos que se pueden llegar a mostrar de un objeto determinado pueden ser o bien texto, imágenes, video o audio. El mundo del SIG está evolucionando de los actuales planos y aplicaciones de escritorio, donde podemos ver un mapa desde una perspectiva ortogonal, a ver los elementos en la más pura realidad.